IPFS Ricardo Valenzuela

Reflexiones Libertarias

Ricardo Valenzuela

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¿ME EQUIVOQUÉ, O ME APEJENDEJÉ?

REFLEXIONES LIBERTARIAS

¿ME EQUIVOQUÉ, O ME APEJENDEJÉ?

Ricardo Valenzuela

Mi cabalgata por vida, siempre se ha distinguido por la frecuencia con que tomo rutas equivocadas puesto que, ha sido pincelada por la frase de Bernard Shaw: “Una vida cuajada de errores, es más útil y honorable que otra desperdiciada al no hacer nada.” Pero jamás había disfrutado tanto el haberme equivocado, cuando hace unos días expresaba un gran temor. Ante la flota de buques extraviados y una aterrante plaga que parecía extenderse por todo México, me convencí de una victoria de MALO por lo que, estuve a punto de arriar la vela de mi nave.

Aun cuando me declaraba amigo de Felipe, su partidario y definitivamente voté por él, mi escrito semanal era casi una aceptación de su derrota y, ante el Apocalipsis de mi visión, aterrorizado sugería sumar regiones del país al movimiento autonómico que ya se desarrolla a nivel mundial. La motivación de mi convocatoria, era inmunizar algunos de estados haciendo efectivo su federalismo y autonomía. Ahora con diferentes fines, la sostengo.

Me faltó visión para poder apreciar la nobleza del pueblo de México el que, aun ante los intoxicantes cantos de las sirenas, nos ha dado una lección de sabiduría, civilidad y, en especial, la baja del borregismo. Me faltó cinta para medir la magnitud del espíritu de lucha y la fortaleza de carácter que porta Calderón y, en especial, los de su gente. Me faltó la lupa para observar los perfiles especiales del hijo desobediente.

No pronosticaba una victoria de MALO, pero mi actitud de resignación ante una posible derrota de Felipe, ahora me da la munición para poder gritar: “me apejendejé” al dejarme influir por aves de mal aguero. Me extravié, pero jamás un desvío me ha sabido tan dulce y, en este soleado día, me habilita para enviarle un mensaje: “Los grandes espíritus siempre encuentran violenta oposición de mentes mediocres.” Pero, eso es mi nueva preocupación pues ya escuchamos las amenazas de ALMO y, lo sabemos bien, sus pandilleros son violentos y se preparan para la desestabilización.

Pero al final de la justa, enturbiando más las aguas, aparecía esa mula mal amansada del fierro del RIP, Mariano Alcocer, quien le daba piola a una avalancha de incongruencias que para poderlas descifrar, requerirían de un egiptólogo armado con varios diccionarios de lenguas muertas y enterradas. Sin embargo, se hacía acompañar de un fuerte aroma de chantaje.

¿Que fue lo que sucedió?

México ya no es el mismo de hace 20 o 30 años. Mi sobrino, Carlos Albarrán Valenzuela, tratando de animarme ante mi gris expectativa, sabiamente me lo pronosticaba afirmando: “La sociedad mexicana es mucho más madura y está más informada. Ya no se deja cabrestear estilo priismo de los 71 años de penurias que nos dieron.”

Efectivamente, tenemos una incipiente sociedad de propietarios que no existía. Una ágil y robusta economía subterránea, que dicta una nueva pauta autónoma y liberal. Tenemos 10 millones paisanos en los EU los que, no únicamente con sus remesas, sino también con sus ideas, moldean el nuevo estadio nacional. El TLC, especialmente, ha cambiando el paradigma de los mexicanos y, sobre todo, provocando competencia, ha roto el viejo estilo feudal de la economía abriendo oportunidades antes negadas. Con la apertura del país, han penetrado también nuevas ideas liberatorias y, como dice Oppenheimer, “no creyeron los cuentos chinos.”

¿Cual fue el proceso que nos ha llevado ante esta nueva sociedad?

Después años de opresión, abusos, de ignorar la miseria, en 1988 México iniciaba su verdadera rehabilitación. Pero vulcanizar siglos de agresiones era una tarea que, al inicio de los años 90, Ángel Gurria lo afirmara con asertividad: “El proceso, para que se consolide, deberá tomar no menos de 30 años.” Lo que omitió afirmar, es que dicha jornada debería transcurrir sin desviaciones anormales para poder arribar al anhelado destino.

Para Diciembre de 1993, a pesar de lo percudido del proceso, su efectividad estaba a la vista. La primera fase—dolorosa por cierto—estaba ejecutada y el cuadro macroeconómico había sido domado. Sin embargo, 1994 pasaba a la historia como el año del saboteo y derrumbe de lo construido ¿el arma? Una devaluación que enviaba a los mexicanos a niveles de los años 40 y le daba vida al nuevo coco mexicano: Neoliberalismo.

Zedillo ganaba la rifa del tigre e iniciando su tarea con la misma receta, convirtiéndose en un gran Secretario de Hacienda, logra una vez más el equilibrio macroeconómico y, sobre la misma pauta, ante la furia de los dinosaurios retoma el camino abandonado. Luego, para encender aun más los odios de los “hard liners,” sin aspavientos entrega pacíficamente el mando a la oposición.

Fox produce al milagro del año 2000. Sin embargo, al pronunciar la frase: “El presidente propone y el congreso dispone,” sellaba de gris la conducta de su sexenio. Pero además, la suerte le daba la espalda. Los EU, de quien en gran parte depende nuestra economía, iniciaban una recesión y, lo más grave, ocurrían los ataques terroristas del 9/11 cambiando radicalmente el horizonte geopolítico del mundo y, de forma especial, el cuadro de México al desaparecer de la agenda especial y urgente de Bush.

Fox era el símbolo del cambio cultural de los mexicanos que, unos años antes, se volcaban hacia el estatismo. Los avances en las comunicación le abría al pueblo un nuevo horizonte que, con incredulidad, se enteraban existía. Se daba cuenta del saboteo de las piezas legislativas de Fox; De que el gran logro del presidente, apoyado por priistas liberales, era el haber domado el terco duende macroeconómico. Pero mucho más importante, entendía la imperiosa necesidad de mantener el rumbo que, aun ante los nudos en San Lázaro, nos lleva, si bien con el lento paso del sabotaje, hacia ese añorado destino.

Y ¿ora pa donde? Calderón tiene un peso sobre sus hombros similar al de Washington al triunfo la revolución de los EU. ¿Nubarrones en el horizonte? Muchos, y el primero es AMLO y sus facinerosos alérgicos a la ley, pero tenemos las ventanas para evadir la tormenta y tomar el rumbo extraviado. Fox le entrega un campo fértil para el inicio de la postergada segunda fase. La economía de los EU cabalga boyante y sobre ese camino continuará.

Pero, para mí, la posibilidad más interesante es la construcción de una alianza con el ala liberal del PRI, en la cual, surge como líder el gobernador de mi estado, Eduardo Bours. “Felipe, no pierdas el tiempo con MALO como lo hizo Fox con el zapatismo. Dale el bajío y solito se va a testerear contra los alambres. Lucha por acuerdos con hombres de buena voluntad y, así, entre todos y bajo tu liderazgo, elevaremos a México a esa grandeza que se merece.” Mi sentido pésame a Hugo Chávez.

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