IPFS Ricardo Valenzuela

Reflexiones Libertarias

Ricardo Valenzuela

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PROGRESO MALDITO QUE NADA VALE

REFLEXIONES LIBERTARIAS

PROGRESO MALDITO QUE NADA VALE

Ricardo Valenzuela

Obedeciendo ya la falsa rienda, Enero ha iniciado su galope el que, presagia convertirse en desbocada carrera, nos deba conducir hacia un largo y ardiente verano de guturales y ruidosas consecuencias políticas muy difíciles de medir y, sobre todo, casi imposible de pronosticar.

Pero el eco de los desenfrenados galopes iniciados en el resto de la región y, en especial, las señales que muestran los jinetes de la avanzada mexicana apuntando sus huesudas cabalgaduras hacia el mismo rumbo; el de los espinosos montes de la demagogia, el populismo y el fracaso seguro. Mantienen a la comunidad internacional incrédulos ante la miopía exhibida por los países de las otrora colonias españolas, en especial el nuestro.

Hace unas semanas, ocurrió un evento ignorado pero de serias advertencias para todos los mexicanos. En un programa de TV en la que participaba nuestro Hugo Chávez—made in México—AMLO, Enrique Krauze, bordando el tema económico, le preguntaba: ¿Por qué en lugar de voltear hacia el sur buscando modelos de desarrollo, no fijamos la mirada hacia países exitosos como Nueva Zelanda etc.? Ante lo cual, el resbaloso candidato, casi gritando compló, inicia su perorata cantinflesca develando sus claras intenciones de sumarse a las huestes bolivarianas de Castro.

Pero, mientras las felliniscas actitudes de los batallones de payasos liderados por Hugo Chávez y el ahora transformado Comandante Zero, ocupan las primeras planas de los diarios dándole la vuelta al mundo en un carrusel de orgasmos colectivos, en estos momentos, casi de forma sigilosa, en otras partes del mundo se desarrollan fenómenos que increíblemente permanecen totalmente ignorados.

Irlanda, ha emergido a la superficie de los países desarrollados mediante la ejecución de un plan iniciado apenas hace unos años. Eso la ha transformado de ser una economía manufacturera de bajo costo, para, montada sobre la ola de la nueva tecnología, convertirse en una de las naciones más ricas de Europa y un magneto para la inversión mundial. De haber partido siendo una isla exportadora de inmigrantes, cuenta ya con más de 1,200 empresas internacionales exportando más de 70 billones de dólares de software, para situarla como la #1 del mundo en la industria.

Sin revoluciones bolivarianas, Irlanda cuenta con un sistema educativo calificado como “fuera de serie”. Otro factor, es La Agencia Irlandesa para el Desarrollo la que, la revista El Economista compara ventajosamente con las de países como Singapur. Cuenta también con Irlanda Empresarial, cuya responsabilidad es apoyar empresas emergentes con capital de riesgo. Finalmente, la Fundación Irlandesa para la Ciencia, cuyo objetivo es convertir el país en una economía basada en el conocimiento.

Estas agencias, tienen además la responsabilidad de “vender Irlanda” a la comunidad mundial, y mientras a nivel global los gobiernos se han convertido en estorbos para el desarrollo, en Irlanda es el gran aliado del sector empresarial listo para competir en la producción, no masiva, sino de alto valor que es lo que forma capital puesto que, los servidores públicos tienen claro ese concepto de creación de valor. Pero ¡magia! Irlanda, además, se ubica ya en el lugar #3 del índice de libertad económica.

Ahora, si alguien con gran agudeza se asoma al aparato económico inglés, con sorpresa se dará cuenta de la forma en que en estos momentos se ejecuta una toma por asalto muy especial. Los invasores son isleños—mas no de Irlanda— quienes compran empresas por do quiera representando los modernos vikingos provenientes de un país, Islandia, que hace veinte años existía sin dirección y cuyo PIB se ubicaba en el sitio #140 del mundo. Pero luego del inicio de un programa liberatorio general y en especial de su economía, Islandia explota en prosperidad. En estos momentos, su ingreso per capita es ya mayor que el de Inglaterra, Francia, Alemania, Austria, Italia y superior al de la mayoría de los países europeos.

En 1991, el reformista David Oddson, sin usar mascara, se convierte en Primer Ministro para iniciar una revolución similar a la de Irlanda. La economía isleña yacía en estado de coma cortesía de impuestos criminales, regulaciones, trampas, burocracia y una inflación galopante e incontrolable. La banca era propiedad estatal con ausencia de la saludable competencia. Pero, para 2003, Oddson finalizaba la venta de de esos activos y en estos momentos, Islandia cuenta con cuatro de los bancos mas redituables del mundo nórdico, lo que ya orienta al país a convertirse en un centro financiero de importancia mundial del calibre de Suiza.

¿El secreto? El país nórdico ha escalado al sitio #5 en el índice de libertades económicas del mundo. El impuesto sobre utilidades se ha fijado en un 10%; los impuestos corporativos y personales en un 15%, se han derribado regulaciones y, como magia, los negocios comatosos a punto de sucumbir, se hicieron redituables. Pero, exhibiendo aun más magia los ingresos del estado, como producto del recorte impositivo y de acuerdo con la curva de Laffer, aumentaron de forma dramática fortaleciendo las bases de sus apoyos. Es por ello que en estos momentos se considera establecer el sistema del “flan tax,”---un impuesto único y de tasa fija de moda en Rusia.

La privatización y desregulación de las telecomunicaciones ha provocado competencia y la baja de precios, pero son muchas mas las actividades que están floreciendo, e inclusive, la industria de la pesca se ha transformado haciéndola de nuevo redituable. Se ha iniciado la construcción de una línea submarina para exportar energía barata a Europa en forma de hidroelectricidad. El país, es ya un testamento de lo que gente con determinación puede lograr cuando, los gobiernos, al hacerse a un lado y asumir su verdadero papel, les dan el espacio para hacerlo.

Estas acciones han provocado que el ingreso per capita de los nativos del nuevo tigre celta, se eleve a $34,000 dólares—cinco veces superior que el de México—con un incremento anual de su PIB superior al 6%. Se estima que este pequeño país ya cuenta con más de 1,000 millonarios y su capital, Reykiavik, es adornada con enormes grúas abrazando modernos edificios en construcción, cuyo mercado es esa nueva generación de jóvenes empresarios en el área de servicios.

Hace 20 años el ingreso per capita de Venezuela era el doble que el de este pequeño país, pero hoy día, empachados de petróleo y demagogia, no llega al 15% del de Islandia. El PIB de Islandia el año pasado creció un 7% mientras que el de Venezuela decrecía 9.5%. Entonces ¿pa donde volteamos?

Y ¿México? “Yo pa que quiero progreso si voy por el mundo perdido y sin fe, yo lo que quiero es que vuelva, que vuelva conmigo la ruina de ayer.”

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